El poder que poseen los carteles de drogas y los
narcotraficantes en México ha subido mucho en los últimos años y con su
crecimiento ha aumentado la cantidad de narcoviolencia también. Las vidas de la
gente que viven cerca de los narcotraficantes siempre están en peligro. Los más
afectados son los mexicanos jóvenes, específicamente de los niños de las
calles, quienes están reclutados por los carteles como niño narco-sicarios. Ser
narco-sicario es un estilo de vida muy peligroso. Los carteles, en su ruta para
ganar más poder y dinero, posan amanzana en las vidas de los jóvenes.
En los últimos años, se ha hecho evidente que los carteles
están reclutando niños ahora más que antes. El ejemplo más reciente es el nuevo
sicario “El Ponchis,” un niño de doce años de edad. Las autoridades están
buscando al joven que trabaja por el cartel del Pacífico Sur, un cartel que
lucha por poder en el comercio de la cocaína. Las autoridades dicen que el
joven ya ha asesinado a mucha gente en Morelos, un estado en el centro de
México que queda cerca de la Ciudad de México.
Trabaja con unas chicas, unas de ellas que son sus hermanas. Son
dirigidos por el jefe del cartel, como si fueran adultos. “El Ponchis” es sólo un ejemplo de uno de los
niños alquilados por los carteles.
Reciente, los carteles han empezado emplear tácticas para
reclutar a los jóvenes desafortunados ofreciéndoles dinero y drogas a cambio
por su trabajo. Frecuentemente, los
sicarios que son menores de edad vienen de las calles o tienen malas relaciones
con sus familias y muchos ya están involucrados en actividades criminales. El
presidente Felipe Calderón dice que, “hay en zonas de mayor violencia del país
un reclutamiento interminable de jóvenes sin esperanza, sin familia, sin
oportunidades.” Los jóvenes que no
tienen algo seguro en sus vidas a veces eligen afiliarse a los carteles que les
ofrecen algo para que puedan vivir, como dinero para soportar a su mismo y a
veces a su familia. A los carteles les gusta contratar a los jóvenes porque
cobran menos que los sicarios de mayor edad y son fáciles de seducir con las
drogas. A los jóvenes les gusta cobrar sus recompensas por su trabajo.
Es evidente que los niños sicarios son unos de los asesinos
más peligrosos que hay. Cristian García Martínez, un niño sicario, dice que
cada vez que asesinan a alguien que los narcotraficantes les mandan a hacerlo,
cobran 3.000 dólares. Esto es bastante dinero para los niños que no tienen
familia o quienes necesitan cobrar dinero para sus familias. A veces necesitan
tanto el dinero que matan a otros inocentes en lugar de los que deberían haber
asesinado, dice Martínez. Los niños son tan peligrosos que toman medidas tan
drásticas como matar a gente inocente.
Los narcotraficantes pueden ofrecer drogas a los niños de
las calles que son adictos a las drogas como el Resistol, la marihuana o la
heroína. Además, los carteles ofrecen
otra opción para los jóvenes que, si no fuera por los carteles, estarían
encarcelados o que tendrían que reunirse con sus familias abusadoras. Algunos
niños dicen que admiran a los jefes de los carteles por su estilo de vida y por
la facilidad de cobrar dinero en esa posición y por eso quieren estar en los
carteles. Sin importar si eligen unirse con los carteles por recompensación o
sólo por querer, se puede decir con seguridad que los niños continuarán
afiliarse con el tráfico de las drogas.
Desafortunadamente, es probable que la pobreza y necesidad
de los niños de las calles siempre nunca desaparezca. Con la ilusión que está
pintada de cómo es la vida de los narcotraficantes y los carteles en México
junto a la pobreza y existencia, los jóvenes seguirían involucrándose en el
narcotráfico.
Entrevista a Cristian García Martinez
-Christian
http://www.swagger.mx/radar/historias-de-ninos-sicarios
http://definicion.de/narcotrafico/
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