La agricultura es el conjunto de actividades y
conocimientos del hombre, destinados a cultivar la tierra y cuya finalidad es
obtener productos vegetales para la alimentación del ser humano y del ganado.
Aunque en México la agricultura ocupe un bajo
papel en cuanto al producto interno bruto y a los ingresos en general del país,
sigue siendo una de las actividades principales de México al emplear a
aproximadamente 10% de la población, por la obvia razón de que la producción de
alimentos es fundamental para cualquier nación.
Los pequeños productores que usan el campo como fuente
primaria de ingresos y para complementar su propia alimentación.
Estos campesinos
rarísima vez cuentan con tecnología (tractores, semillas modificadas, sistemas
de riego u otros) para realizar su labor. Asimismo siendo el campesino su
propio empleador, no tiene mano de obra asalariada sino quizá para las épocas
más fuertes, como las de la siembra y la cosecha, ya que la mayor parte del
tiempo es su familia quien lo apoya.
En la agricultura llevada a cabo por las grandes
plantaciones, el principal objetivo es el comercio. Aquí sí se usa una alta
tecnología y personal es contratado para realizar el trabajo. Mucha de esta
producción se exporta al mercado internacional.
A simple vista puede parecer una broma de mal
gusto hablar a los agricultores latinoamericanos, en particular, y a los
ciudadanos de estos países, en general, de desarrollo sostenible, de respeto y
conservación ambiental o de simple ecología cuando se estudian sus
aprovechamientos agropecuarios y el auge que éstos pueden experimentar, y que
de hecho ya están experimentando, al socaire de la globalización, el crecimiento
de la liberalización mercantil a escala planetaria y la progresiva integración
de muchos países en bloques comerciales regionales, pues de forma legítima los
países latinoamericanos esperan que el crecimiento de las exportaciones de
materias primas agroalimentarias represente la base sobre la que se apoye su
estabilización y posterior desarrollo económico
Hay que talar bosques para tener suelo apto para
el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar ríos, etc. La
agricultura moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el
ambiente. La destrucción y salinización del suelo, la contaminación por
plaguicidas y fertilizantes, la deforestación o la pérdida de biodiversidad
genética, son problemas muy importantes a los que hay que hacer frente para
poder seguir disfrutando de las ventajas que la revolución verde nos ha traído
A lo largo del tiempo este problema social ha ido
evolucionando ya que las personas de los pueblos no obtienen ayuda del gobierno
y ellos mismos tienen que vender sus productos para sobrevivir y dar
mantenimiento a sus utensilios.
-Yuri Nogueda
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